jueves, 3 de mayo de 2018


Las primeras fases
Para recorrer esquemáticamente las primeras etapas de la historia de la comunicación humana, hablaremos de fases de la codificación humana: la oral, mnemónica, pictórica, gráfica y alfabética. Éstas aparecen ordenadas cronológicamente (por orden de aparición), pero actualmente conviven en la comunicación social.

1- Fase oral
La primera forma de transmitir experiencias se basó en el lenguaje hablado y los códigos gestuales; es decir: todo aquello que no dejará huellas luego del momento de la enunciación. Los mensajes podían transmitirse de generación en generación de manera oral, con pérdidas y distorsiones en la información.
Actualmente, muchas actividades siguen siendo sostenidas por la tradición oral: historias familiares, las canciones de una hinchada de fútbol, etcétera.
El uso del teléfono también ha planteado un regreso a la tradición oral, ya que muchos negocios, transacciones comerciales, invitaciones y hasta encuestas políticas se concretan "de palabra", entre otros ejemplos.

2- Fase mnemónica (los objetos recordatorios)
El prefijo “mnemo” proviene del griego y significa memoria. La conservación de objetos relacionados con hechos puntuales por parte de comunidades humanas con el objetivo de recordarlos con mayor fidelidad, complementando el relato oral que pasa de generación en generación. Cabezas de animales cazados, restos de ancestros o enemigos vencidos se convierten en signos mnemónicos, ​e incluso algunas culturas han incorporado reglas o convenciones sociales en los suyos, tales como nudos en sogas para recordar fechas relacionadas con nacimientos, defunciones u otros acontecimientos.
Habitualmente, los signos mnemónicos pierden su sentido si no hay una persona que recree, a través de un relato, el contexto de ese objeto. La diferencia sustancial con la fase oral es que en esta etapa existen signos que perduran en el tiempo al margen de los sujetos que los produjeron y aquellos que en primera instancia fueron receptores.
Actualmente subsisten innumerables signos mnemónicos, tales como los souvenirs que recuerdan acontecimientos sociales, los anillos de compromiso, trofeos y otros premios materializados a través de objetos. En la intimidad, las personas suelen conservar objetos que remiten a experiencias que les resultan significativas, tales como boletos de colectivo o tren, entradas a espectáculos, camisetas de clubes de fútbol, etcétera.
Ese objeto sigue necesitando de la información oral para complementarse y ubicarse en un universo de sentido.  
Universo de sentido: Limita las visiones del mundo que existen para una sociedad. Un signo sólo puede ser atendido si cae dentro de ese universo indicador de lo "normal", lo "raro" y lo "posible" en un momento para una sociedad determinada.


3- Fase pictórica o icónica
A pesar del apoyo de objetos mnemónicos, la historia de una sociedad seguía dependiendo de los relatos orales de una persona a otra y no existía un registro que trascendiera la muerte humana. El arte rupestre ​(pinturas realizadas en paredes de cuevas, rocas, grutas y cementerios) ​comenzó a constituirse en ese registro, y se conservó durante muchos siglos.
La característica de los signos pictóricos es que pretenden ser una copia o imitación de la vida real. Ilustran situaciones, animales y personas, y permitieron a muchos historiadores conocer los cultivos y tipos de ganado que criaban ciertas comunidades primitivas, así como algunas características de su organización social. Incluso, algunos se organizan en secuencias de imágenes que constituyen una especie de relato mudo de sucesos históricos.
Este tipo de signos perdura hasta la actualidad, ya que los retratos que los artistas de diversas épocas realizaron de nobles, héroes y gobernantes son signos pictóricos o icónicos e incluso se puede pensar desde éste concepto a ciertos usos de la fotografía, cuando con esa tecnología se busca captar y registrar cierta realidad para transmitirla.
Hoy en día, vemos dibujos, fotografías, historietas y videos que constituyen signos pictóricos.
Las nuevas tendencias en pintura desligadas de esa función-copia (como el impresionismo, el cubismo, el puntillismo, el expresionismo, la pintura abstracta, entre otras) comenzaron a consolidarse recién cuando la función de reflejar los hechos ya habían sido delegada a otros medios técnicos: las historietas y muchas de las películas cinematográficas forman parte de los signos pictóricos que copian la realidad.
En Argentina, provincia de Santa Cruz, la Cueva de las Manos ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999


4- Fase ideográfica o simbólica
Los dibujos que imitan la realidad tienen un límite, y es la imposibilidad de transmitir sensaciones, pensamientos o reflexiones acerca de los hechos representados. Para dejar registro de las concepciones religiosas, filosóficas y otros razonamientos de una cultura surgieron otros dibujos, llamados signos ideográficos, ​que por primera vez representan materialmente ideas. Estos signos no imitan la realidad, sino que son símbolos que funcionan a partir de convenciones sociales que les asignan determinado significado.
Algunos ejemplos de este tipo de signos son los jeroglíficos egipcios y los sellos mayas. Los signos ideográficos son los más amplios y abarcativos que ha construido el ser humano, ya que dentro de un solo ideograma puede incluirse la misión de un niño que acaba de nacer, su estado de salud actual, su oráculo, las flores que le son afines y las posibilidades de desarrollo durante su vida. Por eso, resultan muy difíciles de entender y requieren un estudio especializado de los códigos que les dieron origen.
Actualmente, usamos signos ideográficos tales como escudos y banderas (que incluyen diversos significados sobre los países o grupos referidos), señales de tránsito, signos musicales y logotipos de diversas marcas o empresas.
Los signos ideográficos son los signos más amplios y abarcativos que ha construido el ser humano.  Dentro de un solo ideograma puede incluirse la misión de un niño que acaba de nacer, su estado de salud actual y su oráculo, las flores que le son afines y la posibilidad de desarrollo durante la vida. Tal vez por ese poder abarcativo y amplio sean tan difíciles de entender en su total dimensión.


5- La fase alfabética o alfanumérica
A diferencia de los ideográficos (que tienen varias partes y diversos significados), los signos alfabéticos son unidades mínimas e indivisibles, y no significan nada por sí mismos, sino a través de su combinación con otros. Una letra sola no tiene ningún significado, pero combinada con otras puede llegar a describir lo no visto, explicar pensamientos complejos, sensaciones y sentimientos. Se trata de la primera abstracción visual del pensamiento humano.
La incorporación de la escritura alfabética se adjudica a la cultura sumeria (que habitó entre os ríos Éufrates y Tigris, donde hoy se encuentra Irak) entre los años 5000 y 4000 antes de Cristo.
Esta fase de la historia de la comunicación humana incluye además la incorporación de los números y sus diferentes denominaciones, por lo cual podría llamarse también alfanumérica.
Algunos consideran a la escritura alfanumérica como la primera tecnología de la comunicación, porque el alfabeto no es un simple gráfico o visualizador de sonidos del lenguaje hablado, sino que logra una primera abstracción visual del pensamiento.

Esta etapa silábica es conocida en sus comienzos por un grupo de textos correspondiente a la época de las dinastías I y II de Sumer (2800 a. C.).
En esos textos encontramos el primer uso identificable de elementos fonéticos y de gramática, y en la medida en la que se puede identificar el uso de sílabas en la escritura cuneiforme.

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