martes, 22 de septiembre de 2009

El diario intimo de los pasajeros




Habitualmente utilizamos diferentes medios de transporte, para trasladarnos desde nuestros hogares al colegio, fútbol, casas de amigos, ir de shopping, al cine, a trabajar, etc. Unos de esos medios de transporte más habitual es el colectivo.
El colectivo, también llamado bondi en algunos lugares, es un medio de transporte que lo puede utilizar cualquier tipo de persona, ya que, solamente se necesitan dos pesos para poder dirigirse al lugar que uno desea.
En él pude observar diferentes sucesos que le ocurren a la gente durante su traslado. Por ejemplo, algunas personas suben al colectivo, con grandes bolsas. Si son mujeres, es muy posible que contengan la ultima tendencia en ropa, accesorios, zapatos, etc. Si son hombres, esas bolsas pueden tener herramientas, máquinas (como aujeriadoras, moladoras, etc.), aunque hay hombres que también les gusta mucho la ropa.
Cuando suben les cuesta mucho acomodarse con las bolsas, ya que, se chocan todos los asientos y pasajeros, que están el colectivo. Ni hablar si está desocupado el último asiento, y deben trasladarse hasta el fondo del cole! No son de los pasajeros más queridos y esperados por el resto.
También observe los que se toman el recorrido del colectivo como una oportuna e ideal siesta, ya que desde que se suben hasta que se bajan duermen. Aparentan sentir al asiento, como una cama ideal, bien acolchonada y cómoda para cualquier tipo de postura que adopten, aunque a veces no se vea tan cómoda. Nunca intentaría hacerlo porque me pasaría de largo, pero estos pasajeros tienen el tiempo controlado de su siesta.
En el colectivo también es un lugar oportuno para conocer gente. Una vez, una mujer comenzó hablar con una amiga sobre su árbol genealógico (mi tío es descendiente de fulanito, mi abuela es prima de fulanita, etc., etc.) y una mujer, que estaba sentada tres asientos más atrás, casi de su misma edad, escuchaba atentamente este relato. En un momento, esta mujer comenzó a acercarse y a preguntarle sobre este "árbol genealógico" De repente se escucho una gran carcajada de las mujeres, y luego comenzaron a decir:
-Somos primas, somos primas!!-
Así llegue a la conclusión, que para conocer gente y agrandar a la familia, solo hace falta saber el árbol genealógico de cada uno.
Algo tan simple como un colectivo, con varios asientos, ventanillas y cortinas, es el testigo de varias historias y anécdotas que ocurren a diario, las cuales nunca podrá revelar pero siempre llevará consigo. Pero yo me pregunto, si el colectivo hablara y pudiera reproducir todas nuestras conversaciones: ¿Sería bueno? ¿Estaríamos en problemas? Cada uno sabe lo que hizo y dijo, pero creo que nadie estaría a salvo.

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