martes, 31 de julio de 2012

Cronistas: Rodolfo Walsh


Rodolfo Walsh 
(LamarqueRío NegroArgentina9 de enero de 1927 y se encuentra desaparecido desde el 25 de marzo de 1977 en Buenos Aires). Fue un periodista, escritor, dramaturgo y traductor argentino que militó en la Alianza Libertadora Nacionalista y, luego, en las organizaciones guerrilleras FAP y Montoneros.
Como escritor trascendió por sus cuentos policiales ambientados en Argentina y por sus libros de investigación periodística sobre el fusilamiento ilegal de civiles en José León Suárez de junio de 1956 ("Operación Masacre") y sobre los asesinatos deRosendo García ("¿Quién mató a Rosendo?") y Marcos Satanowsky ("Caso Satanowsky")

[editar]Selección

  • Selección, traducción y noticias biográficas de la Antología del cuento extraño (1976).

[editar]Investigaciones periodísticas

[editar]Teatro

La granada (1965)

La batalla (1965)

[editar]Póstumos

Los oficios terrestres (1986)

Cuento para tahúres y otros relatos policiales (1987)

Ese hombre y otros papeles personales (1995)

El violento oficio de escribir. Obra periodística (1955-1977) (2008)

Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto)

Asesinato a Distancia


Fragmento del relato "esa mujer":
[...] Desde el gran ventanal del décimo piso se ve la ciudad en el atardecer, las luces pálidas del río. Desde aquí es fácil amar, siquiera momentáneamente, a Buenos Aires. Pero no es ninguna forma concebible de amor lo que nos ha reunido.
El coronel busca unos nombres, unos papeles que acaso yo tenga.
Yo busco una muerta, un lugar en el mapa. Aún no es una búsqueda, es apenas una fantasía: la clase de fantasía perversa que algunos sospechan que podría ocurrírseme.
Algún día (pienso en momentos de ira) iré a buscarla. Ella no significa nada para mí, y sin embargo iré tras el misterio de su muerte, detrás de sus restos que se pudren lentamente en algún remoto cementerio. Si la encuentro, frescas altas olas de cólera, miedo y frustrado amor se alzarán, poderosas vengativas olas, y por un momento ya no me sentiré solo, ya no me sentiré como una arrastrada, amarga, olvidada sombra.
El coronel sabe dónde está.
Se mueve con facilidad en el piso de muebles ampulosos, ornado de marfiles y de bronces, de platos de Meissen y Cantón. Sonrío ante el Jongkind falso, el Fígari dudoso. Pienso en la cara que pondría si le dijera quién fabrica los Jongkind, pero en cambio elogio su whisky.
El bebe con vigor, con salud, con entusiasmo, con alegría, con superioridad, con desprecio. Su cara cambia y cambia, mientras sus manos gordas hacen girar el vaso lentamente[...]

Fuente citada: 




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