jueves, 26 de octubre de 2017

Crónica de un viaje


 Son las 6:30 en la “Isla Feliz” cercana a las costas Venezolanas, y el sol esta en su punto más bajo. El día termina. Familias norteamericanas tienen su cena, argentinos admiran el paisaje, un grupo de gringos bailan y cantan disfrutando cada segundo, otros en sus habitaciones se preparan para ver el show de la noche: cantos, bailes, karaokes  y comparsas decoraban el escenario del hotel transmitiendo esa típica felicidad de la que tanto hablan en la isla.
Diversas culturas, aspectos, tradiciones, hablas nos hacen conocer o imaginarnos de dónde proviene cada persona, las marcas de sus Rolex en sus muñecas por el bronceado y sus camisas “Tommy Hilfiger” fueron unas de las tantas características de cada persona para poder darnos cuenta de su posición económica.
Se hizo algo cotidiano con mi compañera de toda la vida, quien me invito a viajar con ella, charlar y conocer idiomas, costumbres y diversos aspectos. La curiosidad jugó un papel muy importante en esos días: las salidas nocturnas a recorrer el hotel hicieron que conociéramos a un grupo de argentinos y chilenos quienes nos integraron y con los cuales todas las noches luego del show compartamos momentos recorriendo playas, caminando dentro y fuera del hotel, y conociéndonos. Fue una aventura inigualable.
Todo esto nos llevó a pensar  cómo la gente elige salir de las comodidades de su país y viajar al exterior: ya nadie que desee vacacionar  y que  tenga la suficiente disponibilidad económica elige ir a tomar unos “fernandos” como quien dice a las sierras de Córdoba o unos choclos condimentados con mayonesa y una buena cantidad de arena junto a los lobos marinos en Mar del Plata, sino que eligen lugares paradisíacos como las costas Brasil y playas caribeñas. ¿A qué se deberá este fenómeno? Tal vez al simple hecho de ver y conocer nuevos lugares y cambiar de aire. La magia esta en descansar  y llevarse momentos inolvidables al recuerdo, disfrutar cada momento es esencial y más cuando es junto a personas que querés, y que llevés dentro del corazón dejando  su huella en él.

Pensando con esta hermosa postal se termina el último día y la nueva pregunta es si algún día volveré a presenciar este hermoso atardecer donde el mar se lleva con el los mas lindos recuerdos y mis lágrimas de nostalgia de una de las mejores y mas lindas vacaciones de mi vida.

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