lunes, 26 de diciembre de 2011

La mentira: un mal para todos.

La sociedad existe sólo cuando esta edificada sobre principios irrenunciables.
Uno de ellos es el de la confianza mutua. La confianza y toda la vida social quedan gravemente heridas por culpa de la mentira. Porque la mentira implica engaño, traición, injusticia.
La mentira es el daño que otros reciben.
Después, aunque el mentiroso diga la verdad, ya no se le cree.
Dios quiere ayudarnos a arrancar de nuestra vida el gran daño sembrado por miles de mentiras que circulan en el mundo humano.
Todos los hombres tienen derecho a su fama; por eso no podemos robar o destruir la honra de los demás.
Destruye la honra de los demás:
La calumnia
La maledicencia o difamación
El falso testimonio
El juicio temerario
Violando el secretoe
Las consecuencias de las mentiras pueden ser muy graves tanto para el que es acusado injustamente como para el mentiroso , por ejemplo, en casos graves, una persona inocente, por mentira de otro, puede , perder un empleo, un matrimonio, e incluso ir a la cárcel injustamente un cristiano sabe que debe perdonar debe vencer el mal con el bien debe rescatar al mentiroso con su mano tendida, con su caridad auténtica.
El que ha dañado la buena fama del prójimo está obligado a reparar, es decir, públicamente que aquello que ha dicho no es verdad o que ha exagerado.
La reparación hay que hacerla ; al igual que cuando se roba algo material para que se pueda perdonar el pecado.
Jesús nos enseña con su ejemplo a decir la verdad, aunque esto le costara muchos sufrimientos y la muerte. La verdad, dice Santo Tomás, es algo divino: hay que respetarla y amarla. A veces, decir la verdad cuesta y exige esfuerzo; pero hay que ser valientes para decirla siempre y no mentir.
Decir las cosas a la cara, de frente, nunca de espaldas.
Con verdad y caridad es ayudar a nuestros hermanos
Podemos recordar lo que dijo Jesús: "La verdad os hará libres" (Juan 8,32).
Lara Godoy-4to A Humanidades



LA MIRADA HACIA LA REALIDAD.




Cuando miramos la realidad cada uno de nosotros inventamos nuestros propios argumentos para explicarla.
Como observadores todo lo que conocemos está condicionado por nuestra mirada.
Lo real es un argumento explicativo de la experiencia, el observador siempre está implicado en lo que observa. Por lo tanto el observador es quien configura la realidad.
No existe una sola realidad en el mundo, sino que cada observador tiene su propia mirada y a través de ella crea "Su realidad".
En la actualidad todas las personas estamos estrechamente vinculadas con los medios masivos de comunicación. Éstos, por un lado, permiten relacionarnos e intercambiar información con personas de todo el mundo, pero por otro lado nos muestran sus propios argumentos sobre la realidad. Los argumentos que presentan los diferentes medios mucha veces distorsionan la realidad con el objetivo de influenciar en la mirada de las personas. Intentando crear pensamientos colectivos sobre determinados temas con el fin de satisfacer objetivos propios económicos, políticos, ideológicos, sociales, etc.
En conclusión, la mirada del observador construye pensamientos propios acerca de la realidad. Esta mirada está compuesta por nuestra historia de vida, creencias, experiencias, conocimeintos, saberes, valores, etc. Por lo cual esta mirada es única más allá de que se puedan compartir ideas con otras personas.