Roberto Arlt, escribe esta crónica debido a una escena que presencia junto a su amigo, en un café que era atendido por sus dueños, y sus dos hijos uno de nueve años y otro de siete.
Arlt, observa a los niños, la tarea que realizan y la actitud que toman sus padres. Los niños se desenvuelven como mozos, y los padres se encuentran detrás del mostrador.
La crónica se desarrolla cuando el amigo de Arlt le deja propina a uno de los niños y este le dice a su padre. Es por eso que al otro día cuando van Roberto Arlt y su amigo, es el padre quien les cobra.
No solo esa actitud hizo que Arlt reflexionara, sino también la de un niño que su padre lo utilizaba como burro de carga y envés de que la gente reaccionara ante lo que estaba realizando con ese niño, esta no hacía nada más que reírse.
Y la reflexión que hizo Arlt fue que estos niños cuando tengan una edad mayor, odiaran a sus padres, se acordaran del daño que le hicieron a su infancia.
Coincido con Arlt, ya que esto cada vez más va en aumento y no solo pasa en un café, sino en fábricas los utilizan como vendedores ambulantes, y la gente ante estos casos no actúa. Muchas de las causas de esta explotación es la situación económica de cada familia u hogar, la falta de educación, etc. No solo es el trabajo que se les asigna, sino también la explotación, los malos tratos que se les dan.
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