En una mañana fría , un fuerte y sofocante ruido me despertó. Estaba yo en pijama, muy aturdida. No sabia bien qué pasaba a mi alrededor.Escucho el aullido de mi perro y el pedido de ayuda de mi vecina,que para mi espanto estaba envuelta en llamas abrazadoras. Entro en pánico, agarro a mi mascota e intento salir por un gran ventanal hecho añicos.
Mis gritos de auxilio se intensifican más y más. Entre el humo que se expande con rapidez percibo la silueta masculina con casco, era un bombero. Una mezcla de sentimientos me invaden por dentro y mis ojos se llenan de lágrimas. Comienzo a llorar. Junto a los demás vecinos que pudimos salir de ese edificio consumiéndose comenzamos a colaborar, rebuscando entre los escombros algún resto de vida u objetos importantes. Fue un día muy difícil para todos. Gracias a ese gran hombre mi perro Bob y yo estamos con vida.
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