lunes, 26 de octubre de 2009

En el bar de la avenida


Es triste, mirar por afuera del vidrio la cara de las personas mayores sentadas, a las 7 de la mañana en un café. ¿Será que no tienen familia, con la cual compartir un desayuno, preparar tostadas, o simplemente hacer pereza en la cama para levantarse e ir automáticamente a sentarse al bar? No puedo entenderlo. Me detuve a observar mas de cerca este misterio que tenia el bar, como puede ser que todas las mañanas a la misma hora, se encuentren en ese lugar exactamente las mismas personas y hablen exactamente de las mismas cosas.

Le pregunte a mi tío, que es una de esas personas que asiste desde muy temprano al bar. ¿Que es lo que hacían allí? ¿Que es lo que lo une a personas ajenas a su circulo amistoso, para sentarse en una mesa a tomar el desayuno todas las mañanas? Sin saberme responder claramente, me explico que va allí a “leer el diario”, y a comentar con la gente del bar temas muy comunes como política, y fútbol sobre todo. Pero no me quede conforme con su respuesta, ya que no solo van a tomar el desayuno, sino en distintos momentos del día como el mediodía y tarde. ¿Tantos debates es necesario hacer? ¿Cuantas cosas pueden haberle ocurrido en la mañana para tener la necesidad de reunirse otra vez?
Me contó también, que en el bar están los personajes típicos, los que no faltan nunca, los que se fuman un atado entero de cigarrillos en la mañana, los jubilados que pasan mañanas enteras hablando de cómo se creó la tierra y las diferentes teorías existenciales. Los que llegan de mal humor y están horas quejándose de las desgracias de sus vidas o sus trabajos.

Un día, haciendo cálculos, me di cuenta que mi tío, el que nunca deja de pensar ni un momento en su “apretada situación económica” y en su poco éxito en el comercio de productos eléctricos e iluminaciones, en un mes había perdido 32 horas bebiendo café con sus amigos. Me quedé sorprendida porque esto equivalía a cuatro días de trabajo y luego me di cuenta que el tiempo que le dedicaba al almuerzo llevaba muchas mas horas de lo debido. A partir de esto llegué a una conclusión: Si las horas hábiles son un éxito social, constituirían un fracaso comercial. Ahora si, insisto, ¿Que es lo interesante de ese lugar como para perder allí el tiempo que equivale a cuatro días de trabajo?

Por fin, luego de un cierto tiempo pude entender que no es solo un bar... para ellos es más que eso. Éste es el sitio donde todos los días se desahogan, apartan sus mentes, al menos un instante de todos sus problemas; y el desayuno o el almuerzo es solo una excusa para ir a ese lugar lleno de tranquilidad, amigos y conocidos con los cuales compartir una copa.

1 comentario:

  1. Aranza.. Me parce que tu cronica es muy certera. Sabes que debatimos esto en clase (jajaja, ammmm sacamos mano, perdon, jaja).. y llegue a la conclucion a la que llegas vos.. es verdad todos necesitamos hacer un apartate de la vida y encerrarnos en nuestra pequeña burbuja, relajada y calma.. lastima qu para ellos esa burbuja se de fernet o cafe! ajajja.. esta muy buena la cronica ari, te re felicito!

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.