Diego Bustamante, bombero voluntario de la ciudad de Fray Luis Beltrán,
se encontraba desayunando con su novia Clara la mañana del 6 de agosto cuando
los interrumpió una llamada de la central de bomberos. Él y sus compañeros, debían acudir en menos
de media hora a la tragedia de Salta 2141.
En la explosión que movilizó, inestabilizó y preocupó a todos los habitantes de Rosario ya trabajaban cientos y cientos tratando de resolver los pedidos, que, mayormente, eran acerca de encontrar a los desaparecidos que rodeaban el número 20.
Cerca de las 18, los muertos ya se habían aproximado
a los 10. La desesperanza crecía en muchos y la angustia alcanzaba a tantos
otros. Pero más allá de tal tragedia, la unión y la solidaridad se veían reflejadas
en toda la ciudad, el valor y la valentía de tantos bomberos arriesgando su
vida por la gente que más sufrió el accidente y la ayuda y el apoyo de quienes podían acercar algo de
alimentos y ropa sirvió para que todo sea mas fácil de sobrepasar y
superar, todos juntos.
En la explosión que movilizó, inestabilizó y preocupó a todos los habitantes de Rosario ya trabajaban cientos y cientos tratando de resolver los pedidos, que, mayormente, eran acerca de encontrar a los desaparecidos que rodeaban el número 20.
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