Segunda Revolución Industrial
Telégrafo
El telégrafo es un dispositivo que utiliza señales
eléctricas para la transmisión de mensajes de texto codificados,
mediante líneas alámbralas o radiales. Reemplazó a los sistemas de transmisión
de señales ópticas de semáforos, como los diseñados por Claude Chappe para el ejército francés, y Friedrich Clemens Gerke para el ejército prusiano, convirtiéndose así en la primera
forma de comunicación eléctrica. Utilizaba una bandera basada en el alfabeto y
dependía de una línea de visión para la comunicación. La comunicación terminaba a una
distancia era detectada por la cantidad de gas generado por la electrólisis.
La historia del Telégrafo
En 1746 el
científico y religioso francés Jean
Antoine Nollet, reunió aproximadamente a doscientos monjes en un círculo de
alrededor de una milla (1,6 km) de circunferencia, conectándolos entre sí con
trozos de alambre de hierro. Nollet luego descargó una batería de botellas de Leyden a través de
la cadena humana y observó que cada uno reaccionaba en forma prácticamente
simultánea a la descarga eléctrica, demostrando así que la velocidad de
propagación de electricidad era muy alta.
En 1753 un
colaborador anónimo de la publicación Scots
Magazine sugirió un telégrafo electrostático. Usando un hilo conductor por
cada letra del alfabeto, podía ser transmitido un mensaje mediante la conexión
de los extremos del conductor a su vez a una máquina electrostática, y
observando las desviación de unas bolas de médula en el extremo receptor.3 Los
telégrafos que empleaban la atracción electrostática fueron el fundamento de
los primeros experimentos de telegrafía eléctrica en Europa, pero fueron
abandonados por ser imprácticos y nunca se convirtieron en un sistema de
comunicación muy útil.
En 1800 Alessandro Volta inventó la
pila voltaica, lo que permitió el suministro continuo de una corriente
eléctrica para la experimentación. Esto se convirtió en una fuente de una
corriente de baja tensión mucho menos limitada que la descarga momentánea de
una máquina electrostática, con botellas de Leyden que fue el único método
conocido anteriormente al surgimiento de fuentes artificiales de electricidad.
Otro
experimento inicial en la telegrafía eléctrica fue el telégrafo electroquímico
creado por el médico, anatomista e inventor alemán Samuel Thomas von Somme ring en 1809, basado en un diseño menos robusto de 1804 del erudito y
científico catalán Francisco Salva
Campillo. Ambos diseños empleaban varios conductores (hasta 35) para
representar a casi todas las letras latinas y números. Por lo tanto, los
mensajes se podrían transmitir eléctricamente hasta unos cuantos kilómetros (en
el diseño de von Sömmering), con cada uno de los cables del receptor sumergido
en un tubo individual de vidrio lleno de ácido. Una corriente eléctrica se
aplicaba de forma secuencial por el emisor a través de los diferentes
conductores que representaban cada carácter de un mensaje; en el extremo
receptor las corrientes electrolizaban el ácido en los tubos en secuencia,
liberándose corrientes de burbujas de hidrógeno junto a cada carácter recibido.
El operador del receptor telégrafo observaba las burbujas y podría entonces
registrar el mensaje transmitido, aunque a una velocidad de transmisión muy
baja. El principal inconveniente del sistema era su coste prohibitivo, debido a
la fabricación de múltiple circuitos de hilo conductor que empleaba, a diferencia
del cable con un solo conductor y retorno a tierra, utilizado por los
telégrafos posteriores.
En 1816, Francis Ronalds instaló un
sistema de telegrafía experimental en los terrenos de su casa en Hammersmith, Londres. Hizo tender 12,9 km de cable de acero cargado con
electricidad estática de alta tensión, suspendido por un par de celosías
fuertes de madera con 19 barras cada una. En ambos extremos del cable se
conectaron indicadores giratorios, operados con motores de relojería, que
tenían grabados los números y letras del alfabeto.
El físico Hans Christian Oersted descubrió
en 1820 la desviación de la aguja de una brújula debida a la corriente
eléctrica. Ese año, el físico y químico alemán Johann Schweigger basándose en este descubrimiento creó el galvanómetro,
arrollando una bobina de conductor alrededor de una brújula, lo que podía
usarse como indicador de corriente eléctrica.
En 1821, el
matemático y físico francés André-Marie
Ampère sugirió un sistema telegráfico a base de un conjunto de
galvanómetros, uno por cada carácter transmitido, con el cual afirmó haber
experimentado con éxito. Pero en 1824, su colega británico Peter Barlow dijo que
tal sistema solo podía trabajar hasta una distancia aproximada de alrededor de
200 pies (61 m) y que, por lo tanto, era impráctico.
En 1825, el
físico e inventor británico William
Sturgeon inventó el electroimán,
arrollando hilo conductor sin aislar alrededor de una herradura de hierro
barnizada. El estadounidense Joseph Henry mejoró esta invención en 1828 colocando varios arrollamientos de
alambre aislado alrededor de una barra de hierro, creando una electroimán más
potente. Tres años después, Henry desarrolló un sistema de telegrafía eléctrica
que mejoró en 1835 gracias al relé que inventó, para que fuera usado a través de largos tendidos de
cables ya que este dispositivo electromecánico podía reaccionar frente a
corrientes eléctricas débiles.
En 1830, un americano, Joseph Henry,
demostró el potencial del electroimán de Sturgeon para las comunicaciones a
larga distancia, enviando una comunicación electrónica a través de una milla de
cable que activaba un electroimán, el cual hacía sonar una campana. Sin
embargo, fue Samuel Morse quien desarrolló con éxito el
electroimán y mejoró el invento de Joseph Henry. Morse hizo bocetos de un "imán magnetizado" basado en el trabajo de Henry. Inventó
un sistema de telégrafo que fue puesto en práctica y obtuvo el éxito comercial.
Samuel Morse demostró que las señales podían ser transmitidas por cable.
Utilizó pulsos de corriente para desviar un electroimán, el cual movía un
marcador para producir códigos escritos en una tira de papel -el código Morse-. Al año
siguiente, el dispositivo fue modificado para incorporar puntos y guiones.
La historia del Telégrafo El primer cable telegráfico
transatlántico
Aunque Inglaterra inició la ingeniería con cables submarinos, el empresario
estadounidense Cyrus W. Field persistió haciendo esfuerzos que por
fin resultaron en tender el primer cable atlántico que dio buenos resultados.
Al fin y al cabo, llegó a ser un esfuerzo unido de los gobiernos de Inglaterra
y los Estados Unidos. De ambos lados algunos de los financieros, oceanógrafos,
telégrafos y científicos más célebres del mundo colaboraron en esta empresa.
Los talentos de estos hombres resultarían indispensables debido a las profundas
fosas submarinas que se encontrarían en medio del Atlántico. Aquí la cordillera
más grande de la Tierra se extiende por 1.600 kilómetros de longitud y 800
kilómetros de ancho, completamente sumergida.
Si Field y
sus asociados hubiesen sabido de antemano de los muchos años de problemas
financieros y desastres que les esperaban al colocar el cable, es muy posible
que se hubieran retirado durante sus primeros esfuerzos. Los destrozos de
cable, el tiempo adverso y los enredos del cable en el aparato de arriarlo de
los barcos constantemente impedían el proyecto. A veces cientos de kilómetros
de cable roto, cuyo costo ascendía a una fortuna, fueron abandonados en el
fondo del mar.
Era preciso
resolver el viejo problema del retardo de las señales. Alguien tenía que
descubrir cuánto tardaría una señal en llegar a los extremos lejanos del cable
y cuánta electricidad se
necesitaría para llenar el cable antes que la señal pudiera pasar. Se ha
comparado esto a un tubo de agua. Cierta cantidad de agua tiene
que fluir por el tubo antes que se pueda ver una cantidad notable al otro
extremo. Se puede requerir hasta 20 veces más electricidad para cargar un cable
submarino que uno aéreo. Sir William
Thompson, (más conocido como lord Kelvin) escribió su famosa “Ley de los
Cuadrados” como resultado de su investigación de este mismísimo asunto.
Simplificada, su ley quiere decir que si se multiplica 10 veces la longitud de
un cable sumergido, la velocidad de la señal será reducida 100 veces. La
solución que él presentó fue aumentar el tamaño del centro conductor. No
obstante, debido a que se pasó por alto este nuevo descubrimiento, el diseño
defectuoso del primer cable atlántico contribuyó a su subsiguiente fracaso.
Pero, por
fin, el 5 de agosto de 1858 el primer cable submarino
trasatlántico unió los continentes entre Irlanda y Terranova.
Once días más tarde, un mensaje de saludos de 99 palabras de la reina Victoria de Inglaterra al presidente Buchanan de los Estados Unidos empezó a pasar por las líneas. Fue
completado 16 1⁄2 horas más tarde. Lamentablemente, el cable falló menos de un
mes después. Al costo actual, cerca de dos millones de dólares de capital
privado quedaron hundidos en las profundidades del Atlántico. Lo que se había
llamado “el mayor logro del siglo” se había desplomado. Ocho años pasarían
antes que los europeos y americanos volvieran a hablar por alambres.
Durante el
ínterin, los dos fabricantes de cables de Inglaterra se unieron, resolviendo
así muchos de los problemas más tempranos de la construcción de cables. Se
diseñó un cable nuevo y mejor protegido. Era dos veces más pesado (6.350
toneladas) y tenía un centro conductor tres veces más grande que el cable
anterior. Podía colgar verticalmente en el agua por 16 kilómetros antes de
quebrarse. Y para el siguiente esfuerzo solo tuvo que usarse un barco (en vez
de los dos que se requerían antes) porque éste era capaz de llevar la tremenda
carga. Esta embarcación, el Great
Eastern, tenía un sistema de propulsión doble de dos ruedas de paletas de 18
metros, seis mástiles, y una hélice de siete metros. Esto hizo de ella la nave
de mayor maniobrabilidad construida hasta la fecha. Por medio de dar marcha
atrás a una sola rueda, la nave podía hacer un giro completo sobre su propio
eje.
Después de
otros dos esfuerzos infructuosos, el 27
de julio de 1866
se completó un cable que verdaderamente tuvo éxito. Este unió a Irlanda con
Terranova. Pero una distancia de 1.100 kilómetros del cable nuevo yacía otro
enredado con los arpeos que se habían perdido... una víctima del fracaso del
verano anterior. Después de 30 esfuerzos, lograron halarlo a la superficie,
someterlo a pruebas y empalmarlo con cable nuevo. Esto completó la porción de
occidente a oriente. Con la unión de los extremos de los dos cables en
Terranova, llegó a existir un circuito submarino de más de 6.400 kilómetros. Se
enviaron señales claras a través de esta distancia. Lo único que se necesitaba
para cargar este cable era una batería simple hecha de un dedal de plata que
contenía unas cuantas gotas de ácido.
Desde ese tiempo, la comunicación de dos direcciones entre los dos continentes nunca ha cesado por más de unas
cuantas horas a la vez.
Telégrafo de Morse
Se cuenta que la idea del telégrafo se le
ocurrió al pintor estadounidense Samuel
Morse un día de 1836, que venía
de regreso a su país desde el continente europeo al escuchar casualmente una
conversación entre pasajeros del barco sobre electromagnetismo. Morse comenzó a
pensar sobre el tema y se obsesionó tanto con este, que vivió y comió durante
meses en su estudio de pintura, tal como anotó en su diario personal.
A partir de
artículos de su estudio como un caballete, un lápiz, piezas de un reloj viejo y
un péndulo, Morse fabricó un aparato entonces bastante voluminoso. El
funcionamiento básico era simple: si no había flujo de electricidad, el lápiz
dibujaba una línea recta. Cuando había ese flujo, el péndulo oscilaba y en la
línea se dibujaba un zigzag. Paulatinamente, Morse introdujo varias mejoras al
diseño inicial hasta que finalmente, junto con su colega el maquinista e
inventor estadounidense Alfred
Vail, creó el código que lleva su nombre. Surgió así otro
código que puede considerarse binario, pues de la idea inicial se pasó a
considerar un carácter formado por tres elementos: punto, raya y espacio.
Con la
ayuda de placas de contacto y un lápiz especial, que era dirigido por
electricidad, las señales podían ser transmitidas por alambres de calidad
pobre. El 6 de enero 1838, Morse primero probó con éxito el dispositivo en las
industrias siderúrgica Speedwell Ironwooks en Morristown (Nueva Jersey) y el 8 de febrero de ese año, hizo
otra demostración pública ante un comité científico en el Franklin Institute de Filadelfia, Pensilvania. Al llegar a este punto,
Samuel Morse, después de buscar infructuosamente fondos para desarrollar su
invento, logró que el Congreso de Estados Unidos aprobara en 1843 la asignación
de 30.000 dólares para la construcción de una línea
experimental de 60 kilómetros entre Baltimore y Washington,
usando sus equipos. El 1 de mayo de 1844, la línea se había completado en el
Capitolio de los EE.UU. en Annapolis Junction, Maryland. Ese día, el Partido Whig de los Estados Unidos nominó a Henry Clay como candidato a la Presidencia. La noticia
fue llevaba mediante tren a Annapolis Junction, donde se hallaba Alfred Vail
quien la transmitió por telégrafo a Morse quien se hallaba en el Capitolio.11 El 24 de mayo de 1844,
después de que la línea fue terminada, Morse hizo la primera demostración
pública de su telégrafo enviando un mensaje de la Cámara de la Corte Suprema en
el Capitolio de EE.UU. en Washington, DC para el ferrocarril de B & O
(ahora el B & O Railroad Museum) en Baltimore. La primera frase transmitida
por esta instalación fue (¿Qué nos ha traído Dios?), cita que pertenece al
capítulo 23 y versículo igual del Libro
de los Números del Antiguo Testamento. Morse no acreditó a Vail por los potentes electroimanes
utilizados en su telégrafo. El diseño original de Morse, sin los dispositivos
inventados por electroimanes Vail, sólo funcionaba a una distancia de 40 pies
(12 m). Hasta su muerte, Morse se preocupó por la difusión y las mejoras de su
telégrafo, abandonando su profesión de pintor.
Funcionamiento del Telégrafo de Morse
Representación
esquemática de una instalación telegráfica.
Cuando en
la estación emisora se cierra el interruptor, comúnmente llamado manipulador, circula una
corriente desde la batería eléctrica hasta la línea y el electroimán, lo que hace que sea
atraída una pieza metálica terminada en un punzón que
presiona una tira de papel, que se desplaza mediante unos rodillos de arrastre,
movidos por un mecanismo de relojería, sobre un cilindro impregnado de tinta,
de tal forma que, según la duración de la pulsación del interruptor, se
traducirá en la impresión de un punto o una raya en la tira de papel. La
combinación de puntos y rayas en el papel se puede traducir en caracteres
alfanuméricos mediante el uso de un código convenido, en la práctica el más
utilizado durante muchos años ha sido el código
Morse.
Posteriores
mejoras de los dispositivos emisores y transmisores han permitido la
transmisión de mensajes de forma más rápida, sin necesidad de recurrir a un
manipulador y a la traducción manual del código, así como el envío simultáneo
de más de una transmisión por la misma línea. Uno de estos dispositivos
telegráficos avanzados es el teletipo,
cuyo modelo inicial era una máquina de escribir especial que transmitía como
señales eléctricas las pulsaciones sobre un teclado, mientras imprimía sobre un
rollo de papel o hacía perforaciones en una cinta también hecha de papel. Las
formas más modernas de esta máquina se fabricaron con un monitor o pantalla en
lugar de una impresora. El sistema todavía es utilizado por personas sordas o
con serias discapacidades auditivas, a fin de enviar mensajes de texto sobre la
red telefónica.
Antiguo
poste de telégrafo ingles.
La
necesidad de codificar el texto en puntos y rayas para transmitirlo y
descodificarlo antes de escribir el telegrama llevó al desarrollo de otros
tipos de telegrafía que realizaran estas tareas de forma automática. El
telégrafo de Hughes se basa en dos ruedas que contienen todos los símbolos o
caracteres que se pueden transmitir y giran, sincronizadas, a la misma
velocidad. Entonces, si en la rueda del transmisor tiene, digamos, la C abajo, el receptor también. Esto
permite que, transmitiendo un pulso en el momento adecuado, el receptor imprima
el carácter correspondiente. Como la velocidad de la transmisión depende del
número de símbolos disponibles, éstos están separados en dos bancos (letras y
números), de modo que comparten el mismo código una letra y un número. Existen
dos blancos o espacios, llamados "blanco de letras" y "blanco
de números", que además de crear un espacio para separar las palabras
o los números, indican si a continuación se transmitirán letras o números. El
transmisor tiene un teclado, semejante a un piano, con los caracteres. El radiotelegrafista pulsa la tecla adecuada y, cuando la
rueda que contiene los caracteres está en la posición adecuada, el aparato
transmite un pulso a la línea. En el receptor, un electroimán golpea la cinta
de papel contra la rueda que contiene los tipos. Estas ruedas se mueven
mediante un mecanismo de relojería, con motor de pesas o hidráulico, según los
casos. Al comienzo del día se iniciaba un protocolo de sincronización,
transmitiendo un mensaje diseñado a tal efecto. La velocidad de transmisión era
inferior a la del sistema Morse, y dependía del radiotelegrafista, ya que uno
experimentado era capaz de enviar varios caracteres en un giro de la rueda.
ACA DEJO UN EJEMPLO DE ABECEDARIO
Y NUMEROS DE CLAVE
Telégrafo de Schilling
Por su
parte, el científico y diplomático ruso Pavel
Schilling, a partir del invento de Von Sömmering empezó a estudiar los
fenómenos eléctricos y sus aplicaciones.6 A partir de sus
conocimientos creó en 1832 otro telégrafo electromagnético, cuyo emisor era un
tablero de 16 teclas en blanco y negro, como las de un piano, que servía para
enviar los caracteres, mientras que el receptor consistía de seis galvanómetros
de agujas suspendidas por hilos de seda cuyas deflexiones servían de indicación
visual de los caracteres enviados. Las señales eran decodificadas en caracteres
según una tabla desarrollada por el inventor. Las estaciones telegráficas,
según la idea inicial de Schilling, estaban unidas por un tendido de 8
conductores, de los cuales 6 estaban conectados a los galvanómetros, uno se
usaba como conductor de retorno o tierra y otro como señal de alarma. Schilling
realizó una mejora posterior y redujo el número de conductores a dos.
El 21 de
octubre de 1832, Schilling logró una transmisión a corta distancia de señales
entre dos telégrafos en diferentes habitaciones de su apartamento. En 1836 el
gobierno británico intentó comprar el diseño, pero Schilling aceptó la propuesta
del zar Nicolás I de Rusia. El telégrafo de
Schilling fue probado en un tendido de más de 5 km de cable subterráneo y
submarino experimental, dispuesto alrededor del edificio principal del
Almirantazgo en San Petersburgo y fue aprobado un telégrafo entre el Palacio Imperial de Peterhof y la base naval de Kronstadt. Sin embargo, el proyecto
fue cancelado después de la muerte de Schilling en 1837.7 Debido a la teoría de
operación de su telégrafo, Schilling fue también uno de los primeros en poner
en práctica la idea de un sistema binario de transmisión de señales.
Telégrafo de Gauss Weber y Carl Steineheil
El
matemático, astrónomo y físico alemán Johann
Carl Friedrich Gauss y su amigo,
el profesor Wilhelm Eduard Weber,
desarrollaron en 1831 una nueva teoría sobre el magnetismo terrestre. Entre los
inventos más importantes de la época estuvo el magnetómetro unifilar y bifilar, que permitió a
ambos medir incluso los más pequeños desvíos de la aguja de una brújula. El 6
de mayo de 1833, ambos instalaron una línea telegráfica de 1200 metros de
longitud sobre los tejados de la población alemana de Gotinga donde ambos trabajaban, uniendo la
universidad con el observatorio astronómico. Gauss combinó el multiplicador
Poggendorff-Schweigger con su magnetómetro para construir un galvanómetro. Para
cambiar la dirección de la corriente eléctrica, construyó un interruptor de su propia invención. Como
resultado, fue capaz de hacer que la aguja del extremo receptor se moviera en
la dirección establecida por el interruptor en el otro extremo de la línea.
En un
principio, Gauss y Weber utilizaron el telégrafo para coordinar el tiempo, pero
pronto desarrollaron otras señales y, por último, su propia codificación de
caracteres, que en la actualidad es considerada de 5 bits. El alfabeto fue
codificado en un código binario que fue transmitido por impulsos de tensión
positivos o negativos que fueron generados por medio de una bobina de inducción
en movimiento hacia arriba y hacia abajo sobre un imán permanente y la conexión
de la bobina con los cables de transmisión mediante el conmutador. La página
del cuaderno de laboratorio de Gauss que contiene su código y el primer mensaje
transmitido, así como una réplica del telégrafo en la década de 1850 bajo las
instrucciones de Weber se mantienen en la Facultad de Física de la Universidad de Gotinga. Gauss estaba
convencido de que esta comunicación sería una ayuda a los pueblos de su país.
Más adelante en el mismo año, en lugar de una pila voltaica, Gauss utilizó un
pulso de inducción, lo que le permitió transmitir siete caracteres por minuto
en lugar de dos. Los inventores y la universidad carecían de fondos para
desarrollar el telégrafo por su propia cuenta, por lo que recibió fondos del
científico alemán Alexander von
Humboldt. El ingeniero y astrónomo alemán Karl
August von Steinheil en Múnich fue capaz de construir una red
telegráfica dentro de la ciudad en 1835 y 1836 y aunque creó un sistema de
escritura telegráfica, este no se adoptó en la práctica. Se instaló una línea
de telégrafo a lo largo del ferrocarril alemán por primera vez en 1835.
Telégrafo de Derton y Alter
Al otro
lado del Atlántico, en 1836, el científico estadounidense David Alter, inventó el primer
telégrafo eléctrico americano conocido, en El
Derton, Pensilvania, un año antes
del telégrafo Morse. Alter demostró el dispositivo a testigos, pero nunca
convirtió la idea en un sistema práctico Él
fue posteriormente entrevistado para el libro biográfico e históricoHistorical
Cyclopedia of Indiana and Armstrong Counties (Enciclopedia histórica de Indiana y
los Condados de Armstrong), en la que dijo: «Puedo decir que no hay una
conexión entre el telégrafo de Morse y de otros, y el mío.... El profesor Morse
nunca probablemente ha oído hablar de mí o de mi telégrafo Elderton»
Telégrafo de Cooke y Wheastonere
El primer
telégrafo eléctrico comercial fue co-desarrollado por los inventores británicos William Fothergill Cooke y Charles
Wheatstone quienes presentaron
una solicitud de patente en mayo de 1837, la cual se les concedió el 12 de
junio de 1837. Este dispositivo fue exitosamente demostrado 13 días después
entre las estaciones de Euston y Camden
Town en Londres.12 Esta instalación entró
en servicio comercial en el Great
Western Railway (Gran Ferrocarril
Occidental) sobre el recorrido de 13 millas (20,921472 km) desde la Estación de Paddington hasta la de West Drayton el día 9 de abril de 1839.
El sistema
de Cooke y Wheatstone carecía de signos de puntuación, minúsculas, y de las
letras C, J, Q, y Z; lo que originaba errores de escritura o sustituciones de
una palabra por otra. Tanto en el emisor como en el receptor se encontraba una
consola con 10 pulsadores o interruptores y un cuadrante romboidal con el
alfabeto grabado. Para enviar un carácter cualquiera, éste se buscaba en el
cuadrante y se observaba hasta cuales galvanómetros llegaban las líneas que
partían del carácter. Entonces se pulsaban los dos interruptores
correspondientes de la fila superior o inferior, dependiendo del lugar donde se
hallara la letra. Tomando como referencia la imagen que aquí aparece, para
transmitir la letra "A" solo hacía falta pulsar el primer y quinto
interruptores de la fila superior. Para la letra "W", solo era
necesario pulsar el segundo y quinto interruptores de la fila inferior. En el
extremo receptor, el cuadrante era leído secuencialmente por el operador y se
transcribía el mensaje en forma manual. Está claro, que la omisión de los
caracteres mencionados obedece a una cuestión del diseño del cuadrante, antes
que a motivos técnicos del sistema en sí.
Telégrafo de impresor de Hugles
En
1855, el físico y músico británico David
Edward Hughes creó y patentó el
primer sistema de impresión para telegrafía. En realidad, Hughes solo buscaba
crear una impresora que transcribiera las notas musicales mientras tocaba una
pieza. De hecho, el equipo que diseñó consta tanto de un teclado similar al de
un piano con 28 teclas, además de una tecla de "Mayúsculas" (Shift en teclados para idioma inglés) como
las que tendrían después las máquinas de escribir, máquinas de télex y computadoras. Cada pulsación en el
teclado, equivalía al envío de una señal que hacía que una rueda tipográfica
imprimiera el carácter correspondiente en el lado receptor.
Al no poder
comercializar su invento en Estados Unidos, donde la patente la tenía Samuel
Morse, en 1857, Hughes intentó introducir su invento en su Inglaterra natal
pero no tuvo éxito, por lo que lo intentó en Francia, donde su invento estuvo
un año a prueba y finalmente, Napoleón
III lo adquirió y concedió a
Hughes la medalla de Chevalier (Caballero). En otros países de
Europa, su invento fue adoptado y una de las empresas que fabricó equipos en
base al invento de Hughes fue Siemens
Halske. Este estuvo vigente con algunas mejoras tecnológicas solo en el
Continente Europeo hasta su adopción en todo el mundo.
El
telégrafo de Hughes superaba al telégrafo Morse en velocidad pues, permitía
transmitir hasta 60 palabras por minuto, frente a las 25 del sistema Morse.
Además, en su sistema utilizaba un código perforado, pero que permitía imprimir
con caracteres normales, no siendo necesaria una traducción posterior. Aunque
en este equipo no se necesitaba conocer ninguna codificación para manejarlo, el
sistema de sincronismo, que el operador debía mantener, hacía muy difícil
transmitir sin un entrenamiento previo. De hecho, era difícil la transmisión,
por ejemplo de dos letras seguidas que no estuvieran separadas, por lo menos,
seis espacios en el alfabeto. También este equipo funcionaba con un sistema de
relojería movido a pedales que implicaba que el operador del aparato pisara un pedal
en el lado derecho del aparato en forma frecuente.
Telégrafo de Baudot
El
Ingeniero Telegráfico francés Émile
Baudot mientras trabajaba como
operador en la Administración de Correos y Telégrafos, unió los conocimientos
que tenía del telégrafo de Hughes con los de una máquina de multiplexación creada en 1871 por Bernard Meyer y la
codificación de 5 bits de Gauss y Weber para desarrollar su propio sistema
telegráfico. El teclado, en lugar de tener las 28 teclas del sistema de Hughes,
tenía 5: 2 en el lado izquierdo y 3 en el derecho. Pulsando diversas
combinaciones de estas cinco teclas, el operador codificaba el carácter a
enviar, según la tabla de códigos
creada por Émile Baudot. El inventor también desarrolló otro dispositivo capaz
de enviar varios mensajes al mismo tiempo, conocido como Distribuidor al cual se podían conectar varios
teclados.
Este dispositivo era una versión
electromecánica del acceso
múltiple por división de tiempo.
Esquema
del distribuidor del telégrafo de Baudot
En el
extremo de recepción, otro distribuidor similar estaba conectado a varias
impresoras, que imprimían las letras, números y signos del alfabeto
correspondientes en tiras de papel, que luego se cortaban y pegaban en una hoja
de papel.
El 17 de
junio de 1874, Baudot patentó una primera versión de su equipo denominado
“Sistema de telegrafía rápida” y un año después fue aceptado por la
Administración de Correos y Telégrafos francesa, que estableció la primera
línea con estos equipos en noviembre de 1877, entre las ciudades de París y
Burdeos.
Según la
codificación de 5 bits desarrollada inicialmente por Baudot, se podían transmitir
31 caracteres, además del carácter que representa el estado de ausencia de
transmisión. También utiliza dos grupos de caracteres, con sus caracteres de
"espacio" tanto para letras como para cifras. Es mucho más rápido que
el telégrafo de Hughes, ya que además de necesitar sólo 5 bits frente a 1 por
carácter, Baudot refinó los circuitos magnéticos de los electroimanes,
reduciendo en lo posible las autoinducciones parásitas, lo que permitía emplear
pulsos más cortos. Una de las desventajas de este sistema está en que el
operador tenía debía pulsar las teclas en el momento preciso, a un ritmo
aproximado de dos veces por segundo. El distribuidor diseñado por Baudot
mantenía una velocidad de giro aproximada de 120 vueltas por minuto y en cada
vuelta daba una señal indicando que se podían pulsar las teclas. Esto hacía que
los operadores novatos o de menos habilidad tuvieran dificultades en seguir el
ritmo de transmisión
Manipulador de 5 teclas del
telégrafo de Émile Baudot, tomado de un grabado del libro A handbook of practical telegraphy de Robert Spelman Culley, edición de
1882
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