Nosotros, con nuestras acciones y omisiones cotidianas, con las elecciones que hacemos, escribimos la historia. Construimos relatos de "hacen sentido", nos contamos lo que nos pasó para entenderlo. La memoria colectiva se teje con el entramado de múltiples memorias individuales que resignifican desde diversos lugares el pasado.
Vamos a compartir relatos recogidos por alumnos del Colegio Nuestra Señora de los Milagros. Se trata de los recuerdos de padres, vecinos y conocidos sobre la guerra de Malvinas, sucedida hace 30 años.
Primero que todo estábamos disconformes de que se llegó a una guerra sin poder resolver el conflicto a través de negociaciones pacíficas. Eran momentos de tristeza y preocupación por todos los jóvenes que estaban luchando sin el equipamiento suficiente y necesario en gran desventaja con el quipamiento de los ingleses.
Por la tele, en los diarios y en la radio decían que habían ganado cierto territorio y que las tropas estaban bien cuando en realidad era todo lo contrario.
Mujer - 45 años
Yo peleaba amargamente en los negocios, granjas, plazas, cuando todos estaban eufóricos porque no estaba de acuerdo con la guerra. Inglaterra era una potencia tan grande, tan equipada para pelear, y nosotros no teníamos nada, no estábamos preparados para algo así. Me acuerdo que hasta mi papá, que no quería al gobierno de ese entonces, estaba contento de ver pelear al país para poder volver a tener las Malvinas.
Todas las mañanas me levantaba, preparaba el mate, llamaba a mi hija para que vaya a la escuela y prendía la radio, con la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, para escuchar sobre la guerra. Un primero de mayo, reunidos en el camping de Andino, se hizo un silencio. Transmitieron que habían llegado los ingleses y bombardeaban Puerto Argentino. Tengo muchos recuerdos que hasta ahora me hacen llorar cuando pienso en toda esa injusticia.
Mujer - 69 años
Estábamos de luna de miel en Francia pero nos llegaban pocas noticias. Comprábamos periódicos para poder enterarnos de la situación pero no se confirmaba si era o no verdad lo que decían. Al enterarnos que tal vez cerrarían los aeropuertos internacionales volvimos. Quedé sorprendida con todas esas donaciones que hacía la gente para que se llevara a cabo la guerra.
Mujer, 58 años
Para mí era una cosa lejana, al tener 15 años la vida seguía normalmente. Yo pensaba que la guerra estaba bien, que teníamos que ir a pelear. Lo tomaba como un juego. Cuando llegaba de la escuela miraba el informativo y me ponía contento con cada una de las noticias, aunque después nos enterábamos que no era verdad.
Hombre, 45 años
Transcurrían los primeros meses del año 1982 y comenzaba exactamente el mes de abril, yo me encontraba de vacaciones en casa cuando por radio escuché semejante noticia. Estábamos bajo el gobierno militar de Leopoldo Galtieri quien había decidido intervenir las islas Malvinas. Me acuerdo que no podíamos creer que estábamos participando de una guerra… todo era incertidumbre, poca prensa y el alejamiento de un amigo que en ese momento fue llamado a cubrir un puesto militar en el ejército que invadió las islas (él es Carlos, piloto de aeronáutica).A medida que transcurrían los días se iban conociendo datos sobre Malvinas, muchos de ellos erróneos ya que no nos informaban la verdad, hasta tal punto que el pueblo argentino victoreaba la hazaña hecha por nuestro país, sin saber las consecuencias que eso nos traería.El día del combate final fue toda desesperación, incertidumbre y casi nada de información, hasta que por TV y radio nos dieron a conocer la rendición de las fuerzas argentinas. Mis amigos y yo nos desesperamos porque queríamos saber del amigo que la guerra nos había llevado. Logramos comunicarnos con su papá y saber que al fin estaba bien. Al cabo de veinte días de la rendición de las tropas, él regresó bien al continente, pero shockeado por lo vivido. Al reencontrarnos festejamos volver a verlo con vida.Hombre, 54 años
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